La planificación en el proceso de incorporación de miembros de la familia en el negocio tiene un rol fundamental: implica tener reglas claras y una estructura de gobierno corporativo que permita gestionar las distintas etapas del desarrollo de los nuevos líderes del proyecto familiar, que incluyen desde la incorporación y evaluación hasta el desarrollo de las habilidades necesarias para continuar construyendo el futuro de su legado.
Es común que los antecesores vean en las nuevas generaciones a los principales responsables de gestionar la empresa familiar para garantizar su continuidad, y parte de este criterio se relaciona con vínculos de afecto y confianza. Ven en sus hijos, sobrinos o nietos (dependiendo de las generaciones que se encuentren involucradas), a personas con quienes comparten el anhelo, valores y afinidades relacionadas con la forma de dirigir el negocio. Es decir, tienen la percepción de que aquellos que se sumen al proyecto tendrán una experiencia muy parecida a la de ellos al momento de compartir sus intereses y asumir sus compromisos. Aunque en ocasiones es así, sabemos que un número de miembros familiares seguirán otros intereses, tomando un camino diferente.
El gobierno corporativo ofrece los foros o espacios idóneos para gestionar las relaciones de familia-negocio-patrimonio. Para aquellos que deciden quedarse, el Consejo de Familia es el foro que mejor puede velar por incorporarlos y recibirlos. Con reglas claras en su proceso de selección, diseñando un plan que les permita conocer su ruta dentro la empresa familiar, el plan de desarrollo que deberán seguir, sus roles y funciones. En este plan tiene importancia la participación de sus antecesores, son ellos quienes mejor conocen cuáles son las habilidades y competencias que debe desarrollar la nueva generación para dar continuidad al proyecto familiar. Estas reglas, de las cuales hace uso el consejo de familia, forman parte del Protocolo Familiar, documento que reúne un conjunto de reglas, definidas bajo consenso, por los miembros de la familia.
La Junta Directiva o Consejo de Administración tiene un rol importante en el proceso de evaluación de desempeño, aportando objetividad y contribuyendo con la estrategia de la familia interesada en formar a los futuros líderes.
La incorporación de miembros de la familia, puede parecer sencillo, ya que forma parte de las atribuciones del grupo que controla y gestiona el poder. Por esta misma razón, la transparencia en su proceso de inclusión es sustancial para la buena gestión; así como lo es la evaluación de su desempeño. La Junta Directiva o Consejo de Administración tiene un rol importante en el proceso de evaluación de desempeño, aportando objetividad y contribuyendo con la estrategia de la familia interesada en formar a los futuros líderes. En nuestra experiencia con familias empresarias multigeneracionales hemos observado la contribución notable de los directores externos que se encuentran en estos órganos de gobierno, quienes generan balance, aportan con su experiencia adquirida en otras organizaciones y promueven la resolución de conflictos. Ubicar en este nivel del gobierno corporativo la evaluación de un miembro de la familia favorece el proceso de toma de decisiones con respecto a su desempeño.
Si el principal objetivo de los líderes de la empresa familiar es desarrollar y fortalecer a la nueva generación para lograr la continuidad del negocio y la conservación del legado, entonces el esfuerzo debe estar dirigido a formar a los mejores accionistas, a los creadores de nuevos negocios, a los mejores gobernantes del patrimonio. Es una oportunidad valiosa en términos de aprendizaje y financiero contar con profesionales externos, calificados y con experiencia, que se dediquen a ejercer los cargos gerenciales, de manera que las posiciones que ocupen los propietarios se encuentren en el nivel ejecutivo más alto y en los órganos de gobierno, fortaleciendo su capacidad de dirección y liderazgo.
Contar con reglas claras, órganos de gobierno tales como el consejo de familia (espacio para las dinámicas y relaciones de los miembros de la familia y su patrimonio) y la junta directiva o consejo de administración (como espacio para la toma de decisiones relacionadas con el negocio), ambos debidamente establecidos y en funciones, permite a la familia empresaria gestionar el negocio, sus relaciones, la incorporación de miembros familiares y su proceso de evaluación, fomentando las condiciones para que el negocio continúe creciendo, con un equipo alineado a los valores familiares, preparado para adaptarse, gestionar el conflicto, teniendo el consenso como práctica para lograr acuerdos que les permitan avanzar con un propósito compartido.
Pablo Aure Fariñez es socio consutor de Exaudi Family Business Consulting®, experto en gobierno corporativo para empresas familiares, en el diseño, fortalecimiento y desarrollo de órganos de gobierno . Seguir leyendo
comparte este artículo